La convivencia con un ansioso no es cuestión de soplar y hacer botellas. Tiene sus bemoles.
La ansiedad no solo hay que verla cómo el problema que siente alguien, sino en relación con el trato que ese alguien tiene con otras personas.
Es preciso saber relacionarse con el ansioso.
Indagando sobre la convivencia con un ansioso, subrayamos que resulta complejo saber adaptarse a un individuo que se enoja y se frustra fácilmente, que responde de mala manera cuando las cosas no salen como quiere y que puede llegar a culparnos por todo lo que le pasa.
Ser muy impulsivo, hablar sin pensar, no planificar demasiado las cosas y tener problemas con sus relaciones íntimas son características de las personas ansiosas.
Convivencia con un ansioso: el camino correcto
En esa convivencia con un ansioso, los psicólogos aconsejan que si te vinculas con alguien que padece ansiedad no cometas el error de retirarte y dejarle solo con su dificultad.
Si esa persona es importante para ti – se trate de un amigo, un familiar o tu pareja – te aclaramos que existen formas para que permanezcas a su lado, sin que ello te cause contratiempos.
En primer término tienes que desarrollar el sentido de la comprensión. Seguramente, el ansioso tiene muchas cosas buenas en su personalidad que pueden contrarrestar lo malo de su ansiedad.
Debes visualizar más allá de lo ansiosa que puede estar y valorar las cualidades positivas de la persona.
Convivencia con un ansioso: busca la tranquilidad
La ansiedad hace que nuestro cerebro sea incapaz de desconectarse.
Se trata de un estado abrumador, bajo el cual no podemos quedarnos tranquilos estando pendiente de todo lo que sucede alrededor.
Y las cosas empeoran cuando se le suma vivir en un ambiente hostil.
No sería, entonces, mala idea invitar a esa persona ansiosa a disfrutar de un viaje a la playa.
Convivencia con un ansioso: comprensión en todo momento
«Te entiendo, estás ansioso».
Una frase así resultaría insuficiente. Debes acompañar a ese ser querido o a tu pareja de una forma más activa.
Esto quiere decir que cuando se esté atravesando un episodio de ansiedad, hay que ayudar al afectado para que píense de manera más racional.
Juntos pueden ubicar soluciones y resolver muchos problemas.
Nada de presiones
Piensa que ya bastante tiene la persona ansiosa con sus propias exigencias para que tú le sumes más responsabilidades o demandes que se calme.
De esa forma no se logrará nada, las cosas no funcionarán.
No estés detrás para que “se olvide”, “se relaje”, “se duerma”, porque cuantas más órdenes le des, peor se sentirá.
Los pequeños cambios hay que celebrarlos
Aunque los logros y avances de la persona ansiosa sean mínimos, hay que felicitarla, decirle que lo está haciendo muy bien. Haz que se sienta apoyado.
Siempre ten presente que debe actuarse con mucha paciencia, principalmente cuando estas mejoras se alcanzan de manera paulatina, lenta.
En fin, todo cambio para mejor es bienvenido.
Habla del tema con el ansioso
Si la persona ansiosa tiene la necesidad de hablar, pues dialoga con ella.
Ese puede ser el oasis que está requiriendo en pleno desierto.
Igualmente, es válido que le consultes de vez en cuando si tiene deseos de conversar, aprovecha para fortalecer la relación.
Si acepta, ¡qué bien!
Y no olvides que la escucha activa puede ser muy buena en estas situaciones.
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Tomado de: https://lamenteesmaravillosa.com/como-convivir-con-una-persona-ansiosa/, https://psicologosanimae.com/que-decirle-a-una-persona-con-ansiedad/, https://psicologianafria.com/mi-pareja-me-produce-ansiedad/