Grupos de apoyo mutuo. Seguimos conociéndolos.
Existe una serie de normas básicas que permiten el buen funcionamiento y operatividad de los grupos de apoyo mutuo.
Para los participantes es elemental seguirlas no solo porque sea correcto hacerlo, sino también porque su inobservancia genera distorsiones en la dinámica grupal, valga decir, malestar entre los miembros, eventuales abandonos y disolución de la iniciativa.
Las normas en cuestión son cuatro: respeto, inclusión, confidencialidad y compromiso de asistencia.
Mientras ofrecemos uin link con mayor información sobre los GAM, revisemos cada una de las normas en detalle.
Respeto
Las ideas, valores, maneras de ser y experiencias de vida que se comparten en los GAM deben ser respetadas por todos los participantes.
Este respeto implica tener un trato cordial y hablar de manera adecuada con los compañeros. Por ejemplo, excluir cualquier grosería o evitar levantar la voz.
Hay que respetar también los turnos de palabra, lo cual significa que no pueden hablar al mismo tiempo dos personas o saltarse las ocasiones de intervención sin que el tema del que está interviniendo se haya agotado.
Finalmente, no juzgar, no dar consejos y no discriminar. Todo esto implica abstenerse de emitir juicios de valor, no estarle diciendo a nadie lo que tiene que hacer ni exhibir comportamientos machistas, racistas, homofóbicos o denigrantes de la religión.
Inclusión
El funcionamiento idóneo de un grupo de apoyo mutuo supone que las personas que lo conforman se sientan integradas y partícipes de sus dinámicas. Si las personas no se sienten incluidas será difícil que se vinculen al grupo.
Para ello hay que garantizar que todos los componentes del GAM hagan uso de su derecho a la palabra, exponiendo sus experiencias, ideas, dudas y necesidades al resto.
En este particular no hay que forzar la palabra de nadie, pues tener la posibilidad de hablar no significa que obligatoriamente debamos hacerlo.
Igualmente, hay que cuidar que nadie acapare la palabra: por ejemplo, que una persona se mantenga mucho tiempo hablando o que se establezcan diálogos extensos.
Por otra parte, es fundamental contextualizar los temas de conversación, que los miembros del grupo sepan de qué se está hablando y a qué se hace referencia.
También es bueno que cada participante sepa que es un GAM, sus normas y objetivos.
Confidencialidad
Los grupos de apoyo mutuo tienen un carácter discrecional: esto significa que lo que allí se habla allí se queda, que lo que se maneja en el interior del grupo no debe ser revelado a terceros.
Sería muy desagradable que personas ajenas al grupo supieran lo que comparten los participantes.
Además, los temas que se exponen en cada sesión no debe ser sacados de contexto. Esto nos indica que cualquier lugar o momento no resulta adecuado para referirse a lo que se habla en el GAM.
Compromiso de asistencia
Para completar las normas básicas de los grupos de apoyo mutuo encontramos el compromiso de asistencia que debe adquirir cada participante.
Eso se traduce en que se debe acudir de manera sistemática a cada sesión, pues la irregularidad en este sentido puede generar desconfianza.
De igual modo, se recomienda comprometerse con un mínimo de sesiones, unas seis de acuerdo con los conocedores.
¿Y qué decir de las funciones y tipos de GAM? En la siguiente píeza audiovisual dilucidamos esa materia.
¿Qué te pareció este artículo? TERAPIA VENEZUELA, a través de su correo electrónico, siempre envía información del tema tratado y similares. Te invitamos a seguir nuestras redes sociales para obtener más información y recursos sobre salud mental para niños y adultos.
Y, por supuesto, las notas que publicamos en nuestra página web son todo lo amplias e ilustrativas que se quiere sobre los más diversos tópicos del mundo de la psicología, la orientación conductual, el bienestar y la salud mental. Por ejemplo, estamos seguros de que te gustará leer el post titulado “Infancia problemática: inocencia que convive entre lobos«.