Siempre hemos escuchado la frase «tú puedes encontrar tu fuerza interior», pero realmente sabemos ¿ Qué es fortaleza interior?

La podemos definir como una herramienta psicológica que promueve la felicidad y facilita la resolución de problemas.

La fortaleza interior nos da la capacidad de protegernos de la adversidad manteniendo una actitud positiva que nos permite esbozar un futuro confiando en nuestros recursos para enfrentar los conflictos.

Tomando todo esto en cuenta te ofrecemos 5 claves fundamentales para que construyas fortaleza interior

Dejar de evitar sentirse incómodo

 La verdad es que son muchas las situaciones, actividades, pensamientos, sentimientos  y personas que nos hacen sentir incómodos, por lo tanto la tendencia natural de la psique humana ante la incomodidad es evitarla a toda costa, así eso implique perder algo.

Para vencer a la incomodidad lo primero es identificar qué nos causa incomodidad y luego dejar de resistirnos a ella, hay que vivir el momento de incomodidad, es sólo un momento, una fracción de tiempo alterada por una carga psicológica exagerada, no es más que eso. 

Comer alimentos que no nos gustan, o hacer ciertas actividades físicas nos pueden resultar incómodas por el hecho de ser displacenteras, aburridas o causarnos cansancio, así como hacernos sentir incómodos por no saber hacerlas a la perfección; Las anteriores son algunas de las principales causas de incomodidad durante el proceso de perder peso.

Por ejemplo no saber usar alguna de las máquinas del gimnasio, no saber los pasos de la coreografía de zumba durante el primer mes, o confrontarse a compañeros de gimnasio esculturales, puede causar sentimientos de vergüenza o de estar fuera de lugar en algunas personas y consiguiente incomodidad, lo cual puede llevarlas a desistir de continuar asistiendo. 

Sin embargo la incomodidad no es motivo suficiente para desistir en nuestra meta de perder esos kilos demás. La clave está en darle la bienvenida a la incomodidad, vivirla y entender que es cosa de un momento. 

Dejar el hábito de la gratificación inmediata

El otro polo de resistir la incomodidad es el entregarse a las gratificaciones inmediatas, esto no es más que ceder a la tentación de cada cosa que se nos pone por delante.

Es importante entender que por comodidad, por placer, por evitación del dolor, o por escape el ser humano es capaz de preferir tener una recompensa vana hoy, en el instante, a costa de perder o sacrificar parcialmente una recompensa mejor y mayor en el futuro.

En este sentido romper la dieta sólo por esta vez ahorita, no asistir hoy al gimnasio por cansancio o fastidio, responde a una necesidad de gratificación inmediata. La clave está en conectar nuevamente con el propósito original y personal que tiene la realización de cada actividad que ejecutamos para bajar de peso.

No victimizarte

Una víctima está en una situación de desventaja y desvalimiento frente a un otro que es más fuete y todopoderoso. En el caso de las personas que buscan bajar de peso, muchas veces se ven así mismas como víctimas del sobrepeso, de sus hábitos de vida y de los propios deseos indomables de consumir ciertos alimentos.

Esto no es más que una percepción errónea de sí mismos y sus condiciones, una creencia y postura irracional frente al cambio.

La verdad es que ser víctima es una cuestión de circunstancia y momento, no es un rol para desempeñar toda la vida, si bien hoy puedes tener sobrepeso y algunos problemas de salud, tienes la capacidad de modificar tu conducta.

Esto es desaprender esos malos hábitos alimenticios y de estilo de vida y sustituirlos, por medio de aprendizaje, por otros mejores y más sanos. La clave está en que te comiences a ver s ti mismo como una persona con posibilidades de acción y no como una víctima de ciertos hábitos.

Imagen referencial

Hacer primero y quejarse después, o mejor aún NO QUEJARSE

La queja constituye una carga psicológica innecesaria que imprimimos de manera deliberada sobre las cosas, personas o situaciones respecto de las cuales nos quejamos.

La queja es la expresión de nuestro disgusto, resentimiento, inconformidad y desacuerdo con la manera en la que algo ocurre o alguien actúa, sin embargo hasta la fecha nadie ha perdido 1 solo kilo producto de sus quejas, por el contrario estas se acumulan y organizan de forma tal que ocupan y consumen todo el espacio y energía psíquica que deberíamos destinar a gestionar y realizar nuestros esfuerzos por bajar de peso.

Dentro de la técnica del cuadrante de pensamiento la queja corresponde al tipo de pensamiento inútil, por lo tanto hay que desecharla.

La clave está en primero retirar toda la carga psicológica innecesaria que hemos puesto a cada tarea o acción por realizar para bajar de peso y dedicarnos a hacer lo que tenemos que hacer. 

Hacer primero y quejarse después y mejor aún hacer primero y no quejarse jamás.

Política de cero tolerancia a la crítica destructiva

Cuando te dispones a cambiar cosas en tu vida vas a encontrar personas y situaciones que parecen mostrarse extrañadas o resistentes a esa nueva actitud tuya ante tu vida, lo más probable es que lo expresen mediante críticas directas o veladas, bromas desagradables o incluso ataques directos.

Generalmente esperamos que los más cercanos de nuestro entorno, amigos, pareja, familia, se unan a nuestro nuevo proyecto de perder peso apoyándonos  a través de palabra de aliento, o con gestos o acciones de solidaridad, pero la realidad es que generalmente es nuestro entorno más cercano el que se muestra más resistente a nuestro cambio.

En este punto es importante entender que la meta es nuestra y la motivación surge de nuestro deseo por ser mejores, nuestra fortaleza interior es suficiente para mantenernos en pie y poner a un lado a los haters de nuestro proceso de bajar de peso, no aceptes burlas ni comentarios de personas que veas que no hacen nada por ellas mismas para ser mejores, o superar sus dificultades, desarrolla piel de foca para todo sus comentarios.

La clave está en distinguir con sabiduría de quien aceptar comentarios y de quienes no, permitiendo sólo entrar en tu interior aquellos que te ayudan, no los que te destruyen, siempre entendiendo y defendiendo por ti mismo tus esfuerzos por bajar de peso. 

Perder eso kilos demás, puede llegar a ser una de las cosas más estresantes a las que nos confrontamos cuando queremos lograr un cambio; genera ansiedad, estrés y sobre todo sentimos que es inalcanzable.

Esto se debe a que no podemos concretar en el día a día la fuerza de voluntad y el enfoque psicológico para poder lograr la meta de perder esos kilos demás.

Es así, muchas veces nos sorprendemos al advertir que nuestros sentimientos, emociones y pensamientos, se comportan como un enemigo que sabotea nuestros esfuerzos por bajar de peso.ƒ

Un cambio significativo en nuestro estilo de vida, puede generar grandes expectativas y preocupaciones que pueden desencadenar en llegar a sentir ansiedad.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad, es la máxima expresión del sentimiento de temor y la emoción del miedo. Puede manifestarse a través de preocupación constante sobre qué va a pasar y cómo se va a concretar aquello que deseamos, lo cual nos distrae de dirigir nuestros recursos psicológicos a gestionar nuestras emociones y pensamiento para lograr bajar de peso.

¿Qué es un truco?

Un truco, según el Diccionario de la Real Academia Española, lo define como un procedimiento ingenioso que empleamos para conseguir algo, también lo define como una trampa astuta para conseguir un beneficio.

Cualquiera de las dos acepciones, nos remiten al hecho de usar el intelecto de manera hábil para lograr una meta. En nuestro caso vamos a usar el intelecto y las emociones para bajar de peso.

Los 3 trucos psicológicos para perder esos kilos demás 

Truco #1: Definir un propósito o sentido personal para quitarnos esos kilitos demás

Uno de los teóricos más importantes de la psicoterapia de todo los tiempos, fundador de la Logoterapia, Viktor Frankl, dice que: Lo único que puede mantener a un ser humano haciendo algo difícil y doloroso, es que lo que está haciendo tenga sentido para él; entendiendo que cada dificultad confrontada tiene un propósito que se justifica porque ayuda a la causa mayor que buscamos concretar.

En este sentido, es de vital importancia que entendamos nuestra meta o necesidad de bajar de peso y que logremos identificar: cuál es nuestro verdadero propósito para perder peso, y si por ese propósito vale la pena someternos a todos los esfuerzos que implican seguir una dieta que no es la que acostumbramos, realizar actividad física y ejercicios que no nos gusta realizar, someternos a tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas invasivas.

¿Cómo construimos ese propósito?

Sabemos que hay múltiples motivos o propósitos por los cuales las personas desean perder peso, pero, ¿cuál es el tuyo?, ¿realmente quieres perder peso?, ¿necesitas perder peso?, ¿sólo deseas moldear tu figura?, ¿sólo deseas tener un estilo de alimentación más sano y acorde a tus necesidades?, si, soy una persona con sobrepeso y necesito bajar de peso, en este caso, ¿es por salud o por estética?

Para conocer el propósito por el cual deseas perder esos kilos demás, no hay respuestas correctas o incorrectas: necesitas es identificar claramente en tu interior cuál es tu verdadero propósito personal.

Este propósito es el que le va a otorgar sentido a cada acción que tendrás que hacer en tu cotidianidad (cumplir con la dieta el día de hoy, ir al gimnasio) para lograr tu meta y será la fuente de inspiración y fortaleza interior para realizarlas día tras día sin caer. 

Truco #2: Definir un cómo

Una vez tengas claro tu propósito personal para perder esos kilos demás, es necesario que lo traduzcas en acciones que puedas hacerlo realidad.

Esto no es más que el cómo lo vas a hacer: eres libre de escoger la dieta, el plan de ejercicios o el tratamiento que consideres y mejor se adapte a tus necesidades, posibilidades y presupuesto. El truco está en que logres definir claramente 2 acciones claves para tu plan de perder esos kilos demás:

Fijar un objetivo real y alcanzable a muy corto plazo: sistema de micrometas

Por ejemplo, perder 13 kilos puede ser una meta, pero: ¿Los vas a perder de aquí a la semana que viene, o esto más bien se corresponde a tu meta final?.

La recomendación es que desgloses esa gran meta en pequeños objetivos alcanzable en muy corto plazo, que en su conjunto formen el camino de micrometas que te lleven a conseguir tu gran objetivo final.

Un ejemplo de micrometas puede ser: Fijar que contando desde hoy tengo 2 días para asistir a un nutricionista para escoger una dieta apta para mí, luego de tener la cita con el nutricionista, tengo 1 día para comprar los alimentos que incluyen la dieta y limpiar mi despensa de los alimentos que ya no debo consumir, luego de esto tengo medio día para comenzar a comer diariamente lo que estipula mi nueva dieta; En 3 días y medio con el sistema de micrometas ya logré uno de los hitos más significativo en mi proceso de perder 13 kilos, ya puedo sumar un logro a mi lista, lo cual me va a motivar a seguir adelante y no decaer, porque hay un reforzamiento positivo constante de mis esfuerzos diarios.

Planificar todo con perspectiva de proceso

Es importante entender que el perder peso de manera saludable y segura es un proceso gradual. Toma cierto tiempo y una cantidad de esfuerzo invertido de manera sistemática y consecutiva, es por eso que es tan fácil decaer.

La recomendación es que lo planifiques de manera consciente y realista, entendiendo que es un proceso y como tal requiere tiempo, un intervalo de tiempo determinado, con una fecha de inicio y una fecha de finalización, no vas a estar toda la vida perdiendo peso; Tus micrometas debes organizarlas para ejecutarlas a lo largo del tiempo que estipulaste para realizar tu plan de pérdida de peso, recuerda organizarlas y colocarlas en orden de importancia y precedencia. Tu mejor aliado en este proceso es priorizar el sentido común por sobre las falsas expectativas que surgen cuando se está buscando perder peso.

Truco #3: Desarrollar Fortaleza Interior

La fortaleza interior, es la capacidad psicológica que todos tenemos para resistir las dificultades y momentos o situaciones displacenteras sin desistir en nuestros esfuerzos por realizar aquello que se nos dificulta.